Lo que escuchamos… y no cuestionamos
“No llores como niña.”
“Si te quiere, te controla.”
“Una mujer debe aguantarse por su familia.”
“Un hombre de verdad no muestra emociones.”
¿Te suenan familiares estas frases?
Muchas veces las escuchamos desde pequeños sin cuestionarlas. Pueden venir de nuestra familia, de la escuela, de la televisión o incluso de la religión. Y aunque con el tiempo aprendemos a pensar distinto, algunas de esas ideas siguen viviendo en nuestro cuerpo, en forma de programas emocionales, bloqueos o creencias limitantes.
- Desde la biodescodificación, entendemos que lo que no se expresa, se guarda en el cuerpo. Y muchas veces, ese “machismo invisible” que cargamos no es solo cultural o social, también puede ser biológico: una herencia emocional inconsciente que repetimos sin darnos cuenta.
¿Qué dice la Biodescodificación sobre el machismo?
La biodescodificación parte de una idea clave:
Detrás de cada síntoma físico o emocional, hay un conflicto no resuelto.
Este conflicto puede venir de distintas fuentes:
- Nuestro proyecto sentido (lo que vivieron nuestros padres durante el embarazo o en los primeros años de vida).
- El transgeneracional (historias no resueltas de nuestros ancestros).
- Conflictos personales vividos con alto impacto emocional.
En este contexto, el machismo no es solamente una actitud externa. Puede estar impreso en la memoria celular, cuando por ejemplo:
- Las mujeres de tu familia fueron silenciadas o sometidas durante generaciones.
- Los hombres crecieron con la presión de no llorar, no pedir ayuda o demostrar poder a toda costa.
- Hubo violencia, abandono, abuso o desigualdad emocional que nunca fue procesada.
¿Cómo se manifiesta el machismo inconsciente en tu vida?
A veces creemos que ya hemos superado el machismo porque “no pensamos así”. Sin embargo, hay conductas o emociones que revelan lo contrario, de manera sutil.
✨ Preguntas para reflexionar:
¿Te identificas con alguna de estas frases o situaciones?
- “No me gusta mostrarme vulnerable.”
- “Me cuesta decir lo que necesito sin sentir culpa.”
- “Prefiero callar para no generar problemas.”
- “No confío mucho en otras mujeres.”
- “Siempre termino con parejas que me controlan... o a las que tengo que cuidar.”
Estos comportamientos pueden ser señales de que hay programas emocionales inconscientes activos. No significa que seas “machista”, sino que estás repitiendo roles que aprendiste como forma de adaptarte, sobrevivir o ser aceptada/o.
¿Qué puedes empezar a hacer?
Desde la biodescodificación, no se trata de culpar a nadie, ni a nuestros padres ni a nuestros ancestros. Se trata de tomar conciencia de lo que heredamos y elegir qué queremos seguir sosteniendo.
Aquí tienes tres pasos sencillos pero muy poderosos para comenzar:
1. Reconoce la voz heredada
¿Alguna vez te detuviste a pensar si eso que te repites a ti misma/o es realmente tuyo?
Frases como:
- “Yo tengo que poder sola.”
- “No necesito a nadie.”
- “Es mejor no meterse.”
- “Hay que sacrificarse por los demás.”
Pueden venir de tus padres, abuelos, o incluso de experiencias de la infancia.
Te propongo un ejercicio:
Escribe tres frases que repites con frecuencia.
Luego pregúntate:
- ¿Quién me enseñó esto?
- ¿En qué momento empecé a creerlo?
- ¿Todavía me sirve vivir así?
2. Pregúntate con amor: ¿Qué estoy evitando sentir?
En lugar de juzgar tus comportamientos o emociones, intenta observarlos con compasión.
Muchas veces actuamos desde el control, la rigidez o la sumisión porque tenemos miedo a:
- Ser rechazados.
- Perder el amor.
- Ser humillados.
- Quedar solos.
Cuando te das permiso para mirar ese miedo de frente, sin culpa, comienza la transformación.
💡 Ejercicio:
- Elige una situación que te incomoda. Pregúntate:
- “¿Qué emoción estoy evitando sentir aquí?”
- Y respira, sin querer cambiar nada por ahora. Solo observar.
3. Equilibra tus energías internas: Masculina y Femenina
En biodescodificación, trabajamos con el concepto de que todos tenemos energía masculina y energía femenina, más allá del sexo o género.
- La energía masculina: acción, decisión, dirección.
- La energía femenina: sensibilidad, intuición, cuidado.
Cuando hay machismo (interno o externo), lo que ocurre es que una energía se impone sobre la otra. Por ejemplo:
- Si te esfuerzas demasiado en “ser fuerte”, puede que estés bloqueando tu parte sensible.
- Si siempre te sacrificas por otros, tal vez no estás escuchando tu voz interior ni tomando decisiones por ti.
💡 Ejercicio diario:
Cada noche, pregúntate:
- “¿Hoy actué desde el equilibrio o desde el miedo?”
- “¿Qué parte de mí necesita más atención: la que siente o la que actúa?”
Estas preguntas no tienen respuestas correctas. Te ayudan a reconectar contigo.
¿Qué despertó este tema en ti?
Si esta lectura te hizo pensar en alguna situación personal, en tu historia familiar o en tu manera de relacionarte, te invito a compartirlo en los comentarios.
✨ ¿Reconoces alguna forma sutil de machismo dentro de ti?
✨ ¿Qué herencia emocional te gustaría transformar?
Recuerda: no hay cambios pequeños. Cada acto de conciencia es un paso hacia tu sanación.
Y si deseas acompañamiento en tu proceso, puedes escribirme.
Estoy aquí para escucharte, sin juicios, con respeto y presencia.😉
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