Los conflictos de supervivencia son algunos de los más primarios y arraigados en nuestra biología. Relacionados con nuestra necesidad de mantenernos vivos y protegidos frente a cualquier amenaza.
Desde la biodescodificación, estos conflictos no solo están en nuestra mente, sino que pueden manifestarse en el cuerpo a través de síntomas físicos específicos.
¿Qué Son los Conflictos de Supervivencia?
En la antigüedad, nuestra vida dependía de estar alerta a peligros reales: depredadores, climas extremos, falta de alimento, etc.
Hoy en día, aunque el contexto ha cambiado, nuestro cerebro sigue percibiendo ciertas situaciones como amenazas de vida o muerte, incluso si son simbólicas, como perder un trabajo, una relación o enfrentar una crisis económica.
El cerebro biológico no distingue entre un tigre persiguiéndonos y el miedo de quedarnos sin ingresos; lo interpreta todo como una amenaza a la supervivencia.
Como resultado, nuestro cuerpo entra en un estado de alerta que puede afectar distintos órganos.
Órganos Afectados por los Conflictos de Supervivencia
Corazón:
- Representa nuestra vitalidad y energía para enfrentar los desafíos.
- Conflictos de estrés extremo o sensación de peligro inminente pueden afectar al corazón, causando taquicardias, hipertensión, o incluso infartos.
Pulmones:
- Relacionados con la respiración y el intercambio de vida (el oxígeno).
- Miedo a morir o la sensación de estar "asfixiado" por las circunstancias puede desencadenar neumonía, asma o dificultades respiratorias.
Riñones:
- Asociados con la regulación de líquidos y el manejo del "territorio".
- La pérdida de recursos esenciales como dinero, comida o un hogar puede activar conflictos que afectan los riñones, causando insuficiencia renal o infecciones.
Intestino grueso:
- Encargado de eliminar lo que no necesitamos.
- Situaciones de miedo a lo desconocido o dificultades para "soltar" un problema pueden manifestarse como colitis, diarrea o estreñimiento.
Ejemplos de Conflictos de Supervivencia y su Impacto
1. Miedo a Morir
Este es uno de los conflictos más básicos. Puede ser un miedo literal, como enfrentarse a una enfermedad grave, o simbólico, como perder la estabilidad emocional.
- Ejemplo: Imagina que desarrollas una neumonía tras un accidente automovilístico en el que temiste por su vida. Aunque físicamente estabas estable, tu cerebro biológico activó un "modo de emergencia" que afectó tus pulmones.
2. Pérdida de Recursos Esenciales
La falta de dinero, alimentos o un lugar seguro para vivir puede desencadenar conflictos profundos. El cerebro interpreta esto como un riesgo para la supervivencia, impactando los riñones.
- Ejemplo: Imagina que empiezas a experimentar insuficiencia renal tras perder tu empleo y enfrentas la posibilidad de no poder mantener a su familia.
3. Sensación de Asfixia por las Circunstancias
No poder controlar el entorno o sentirse atrapado en una situación sin salida puede afectar los pulmones.
- Caso práctico: Laura desarrolla asma cuando su pareja la deja y siente que no puede manejar su vida sola.
Cómo Abordar los Conflictos de Supervivencia
Identificar la raíz del conflicto:
- ¿Qué estaba pasando en mi vida cuando apareció este síntoma?
- ¿Qué miedo o pérdida estaba experimentando?
- Trabajar la percepción:
- Técnicas de regulación emocional:
- Reconstruir la seguridad interna:
En Resumen
Los conflictos de supervivencia nos recuerdan cuán profundamente conectados están nuestras emociones y nuestro cuerpo.
Al reconocer y trabajar las emociones detrás de estos conflictos, no solo sanamos los síntomas físicos, sino que también creamos una mayor estabilidad emocional.
Al final, se trata de recordar que somos más resilientes de lo que creemos y que podemos reconstruir nuestra sensación de seguridad incluso en los momentos más difíciles.
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