“Hay dolores que no vienen de lo que pasó, sino de cómo lo viví… y de cómo lo sigo cargando.”
A veces, sentimos que algo dentro nuestro se cierra cuando nos sentimos rechazados, abandonados o no vistos. Nos volvemos autosuficientes por fuera, pero solos por dentro. Repetimos vínculos en los que damos todo… o evitamos entregarnos para no sufrir.
¿Te suena familiar?
- En biodescodificación, todo síntoma tiene un sentido biológico y emocional. Las heridas de apego —especialmente las que se forman en la infancia— suelen esconderse detrás de muchos patrones repetitivos en nuestra vida adulta: relaciones frustrantes, ansiedad, necesidad de control, miedo a estar solos o a perder a quienes amamos.
¿Qué es una memoria de desamparo?
- Una memoria de desamparo es un registro emocional que se graba cuando el niño vive una situación límite (enfermedad, accidente, ausencia o frialdad emocional del cuidador, peleas, muerte, abandono…) y no cuenta con recursos para afrontarla.
- Desde la lógica biológica, esa emoción no resuelta queda “congelada” en el cuerpo, buscando expresarse más adelante a través de síntomas o bloqueos.
Actividad breve:
Cierra tus ojos unos segundos y siente…
- ¿Recuerdas alguna escena de tu infancia donde te sentiste solo/a, asustado/a o sin consuelo?
- No hace falta que haya sido algo “grave”. A veces lo más doloroso es lo que no se nombra.
Heridas de apego: cuando el amor duele
Las heridas de apego se originan cuando las necesidades afectivas del niño/a no son respondidas de forma estable o segura.
En biodescodificación, esto genera programaciones inconscientes de protección:
Herida emocional | Creencia inconsciente | Conducta posible en el adulto |
---|---|---|
Abandono | “Estoy solo, no soy importante” | Apegos ansiosos, miedo al rechazo |
Rechazo | “No soy digno de amor” | Autosabotaje, autoexigencia, evitación |
Traición | “No puedo confiar” | Control, celos, necesidad de saber todo |
Injusticia | “Tengo que ser perfecto” | Rigidez, crítica interna, frialdad emocional |
Estas heridas se activan fácilmente en nuestras relaciones más íntimas. Por eso, lo que duele hoy a veces no es de hoy: es el eco de una memoria emocional que pide ser vista, comprendida y sanada.
“Diálogo con mi herida”
Vuelve un momento a ti…
Respira profundo… y lleva tu atención a ese rincón de tu historia donde alguna vez te sentiste solo/a, confundido/a o sin consuelo.
Tal vez tenías 5, 8 o 12 años… Tal vez nadie lo notó, pero tú sí lo sentiste.
- Obsérvalo: ¿Cómo está? ¿Qué siente? ¿Cómo te mira?
- Cierra los ojos por un instante.
- No necesitas revivirlo todo, solo conectar con esa sensación.
- Ahora, imagina que puedes acercarte a ese niño o niña que fuiste.
🖊️ Y ahora, escribe:
- “Estoy aquí contigo. Veo lo que te pasó. No estás solo/a. Hoy sí hay alguien que te escucha.”
- “Lo que viviste fue difícil, pero no fue tu culpa. Hoy te abrazo con toda mi comprensión.”
Deja que tu corazón hable. Dile lo que ese niño, esa niña necesitaba escuchar y no pudo. No para cambiar el pasado, sino para ofrecerle un presente más amoroso desde el adulto o adulta que eres hoy.
¿Y qué hace la biodescodificación?
La biodescodificación no juzga, no interpreta desde la mente. Acompaña a ir al origen del síntoma, a ese momento donde el cuerpo y el inconsciente “decidieron” una estrategia de supervivencia.
Lo que hoy te genera ansiedad o bloqueo, en otro tiempo fue un intento de protección.
Y lo que hoy duele… también puede transformarse.
¿Te animas a empezar tu transformación?
Te dejo algunas preguntas para seguir explorando:
¿Qué situaciones actuales despiertan en ti una emoción desproporcionada?
¿Cuándo fue la primera vez que sentiste algo similar?
¿Quién te faltó o no estuvo emocionalmente cuando más lo necesitabas?
Puedes compartir tu experiencia en los comentarios si quieres. Este espacio es para ti, para acompañarnos sin juicio.
💌 Si te gustaría trabajar estas heridas en profundidad, te invito a conocer mis sesiones. Escríbeme por privado o deja tu consulta abajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario