¿Te has preguntado qué hay detrás de la constante sensación de dispersión, el impulso de moverte sin descanso o la dificultad para concentrarte?
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en adultos es una condición que suele generar desafíos en la concentración, la organización y la gestión del tiempo.
- Sin embargo, más allá del diagnóstico clínico, la biodescodificación nos ofrece una mirada alternativa: ¿Qué mensaje emocional oculta este trastorno?
El significado emocional del TDAH
Desde la biodescodificación, los síntomas del TDAH pueden ser interpretados como una respuesta del inconsciente a experiencias vividas en la infancia.
La dispersión mental podría ser una forma de huir de una realidad emocionalmente abrumadora, mientras que la hiperactividad reflejaría una necesidad de movimiento para evitar sentirse atrapado en ciertas situaciones.
Algunas causas emocionales pueden incluir:
Un entorno infantil marcado por la sobreexigencia o la falta de reconocimiento.
Sentimientos de no ser suficiente o de necesitar demostrar constantemente su valía.
Miedo al estancamiento o a la falta de libertad.
Prácticas para la transformación
El primer paso para transformar estos patrones es tomar consciencia de su origen. A continuación, te pongo algunos ejercicios que pueden ayudarte en este proceso.
¡Vamos a ello!
1. Ejercicio de autoobservación
Tómate unos minutos al día para escribir cuándo y en qué situaciones te sientes más disperso o inquieto.
Pregunta: ¿Qué estabas sintiendo antes de perder el foco? ¿Hubo algo que disparara tus emociones?
2. Técnica de anclaje emocional
Cuando sientas que tu mente se dispersa, presiona suavemente tu muñeca con la otra mano y respira profundo.
Asocia este gesto con un pensamiento calmante, como: "Estoy presente y en equilibrio". (Esto es un anclaje que te va a ayudar a centrarte en el aquí y el ahora)
3. Reprogramación con afirmaciones
Repite frases como: "Me permito enfocarme en el presente", "Soy suficiente tal como soy" o "Confío en mi propio ritmo".
Escríbelas en notas adhesivas y colócalas en lugares visibles.
4. Ejercicio de liberación emocional
Dedica unos minutos al día para hacer respiraciones profundas y visualizar cómo la energía de la hiperactividad se canaliza en acciones positivas.
Mueve tu cuerpo con actividades como caminar, bailar o practicar yoga para redirigir el exceso de energía.
Un camino de autoconocimiento
El TDAH no tiene por qué ser una barrera inamovible. Comprender su raíz emocional desde la biodescodificación y aplicar herramientas prácticas abre la puerta a una transformación profunda.
Si te ha ayudado comparte y coméntame como te han ido los ejercicios. 👌
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