¿Qué pasa cuando sientes que ya no vales lo que valías?
Haz una pausa… Respira hondo.
Y responde con sinceridad:
¿Te has sentido alguna vez como una carga o como si te hubieras vuelto prescindible, invisible?
No estás solo, sola.
Y si tu cuerpo ha comenzado a manifestar síntomas físicos —dolores, fragilidad, osteoporosis— es posible que haya un conflicto más profundo tratando de hacerse escuchar.
Osteoporosis desde la Biodescodificación: Más que un diagnóstico, un mensaje
Desde la medicina tradicional, la osteoporosis es la pérdida de densidad ósea, una condición que debilita los huesos y los hace más susceptibles a fracturas.
Pero desde la biodescodificación, esta pérdida no es solo física. Se interpreta como la manifestación simbólica de una desvalorización interior muy profunda. Una vivencia sostenida en el tiempo que ha dejado una marca en lo más estructural del cuerpo: los huesos.
- “No valgo lo que valía.”
- “Ya no tengo fuerza para sostenerme.”
- “No tengo base. Me derrumbo.”
La osteoporosis, en este contexto, no es el enemigo. Es una señal. Es el cuerpo pidiendo ser visto, escuchado, valorado.
Los huesos: lo que nos sostiene... y lo que refleja nuestro valor interno
Los huesos no solo sostienen el cuerpo. Simbólicamente, representan:
- Nuestra estructura de vida
- La seguridad interna que sentimos
- Nuestra autoestima y sensación de valía
Cuando esa estructura se resquebraja, suele haber detrás una emoción no expresada, una vivencia de pérdida de identidad, de utilidad, de función vital.
- “Sin mi rol, ¿Quién soy?”
- “Si ya no puedo hacer lo que hacía, ¿de qué sirvo?”
¿Cuándo puede surgir este conflicto?
1. Jubilación forzada o pérdida de rol laboral
La persona se retira del trabajo (por edad, enfermedad o decisión externa) y de pronto siente que ha perdido su utilidad.
- “Ya no aporto.”
- “Me reemplazaron fácilmente.”
- “Todo lo que fui ya no sirve.”
La biodescodificación observa este conflicto como una herida de desvalorización por inutilidad, especialmente en personas que construyeron su identidad en torno al trabajo.
2. Ruptura afectiva o pérdida de rol familiar
Cuando alguien deja de ser “la pareja de”, “la madre activa”, “el cuidador”, puede surgir un vacío interno.
- “Ya no me necesitan.”
- “Mis hijos tienen su vida, yo ya no importo.”
- “¿De qué sirvo si ya no soy la esposa/el esposo?”
En estos casos, la estructura emocional que sostenía a la persona se desmorona. Y muchas veces, los huesos empiezan a hablar…
3. Autoexigencia constante y falta de reconocimiento
Personas que lo dan todo, que nunca se permiten fallar, que viven para los demás... pero no se sienten vistas o valoradas.
- “Lo hice todo, y aun así me critican.”
- “Nada es suficiente.”
- “Tengo que ser fuerte… siempre.”
Este desgaste silencioso puede convertirse en una erosión de la estructura interna. El cuerpo empieza a decir lo que la boca no se atreve.
Reflexionemos
Detente un momento.
Tómate unos minutos para conectar contigo.
Te propongo estas preguntas. Puedes responderlas en un diario personal, en los comentarios, o simplemente reflexionarlas en silencio:
-
¿Qué parte de tu vida sientes que ha “perdido estructura” últimamente?
-
¿Hay algún rol que extrañas o que definía tu valor personal?
-
¿Cuánto de tu autoestima está basada en lo que haces, en lugar de en quién eres?
-
¿Te permites descansar, soltar el control, equivocarte… sin culparte?
Si quieres, puedes compartir alguna de tus respuestas conmigo en los comentarios. Estoy aquí para leerte.
¿Qué puedo hacer con esta información?
Entender el origen emocional no reemplaza a la medicina tradicional, pero puede complementarla poderosamente. En biodescodificación, la conciencia precede a la sanación.
Aquí te dejo algunas sugerencias prácticas:
1. Reconecta con tu valor más allá del rol
Haz una lista de quién eres sin mencionar lo que haces:
- Soy una persona amorosa, sabia, creativa, resiliente...
- Recuérdate que tu existencia ya es valiosa, simplemente por ser.
2. Redescubre tu propósito desde tu nueva etapa
Tal vez ya no ejerces ese rol de antes, pero ¿Qué te gustaría explorar ahora? ¿Qué puedes ofrecer desde tu experiencia, tu presencia, tu corazón?
- A veces creemos que solo valemos si hacemos.
- Pero también valemos cuando simplemente estamos, escuchamos, abrazamos, acompañamos.
3. Honra tu cuerpo como tu aliado
- Aliméntate con amor.
- Haz movimiento suave y consciente.
- Agradece a tus huesos por sostenerte, incluso en los días difíciles.
La sanación comienza cuando dejamos de ver al cuerpo como el enemigo, y comenzamos a escucharlo como a un viejo amigo que solo quiere ayudarnos.
Para cerrar…
La desvalorización no empieza en los huesos.
Empieza en un pensamiento, en una sensación que se repite, en una herida no nombrada.
Y tu cuerpo, con toda su sabiduría, la manifiesta.
La osteoporosis, desde esta mirada, no te está rompiendo.
Te está diciendo con suavidad, con paciencia:
- “Recuérdame que valgo. Sostenme con amor. Ayúdame a reconstruirme desde dentro.”
Y tú, ¿estás listo o lista para volver a reconocerte valioso, valiosa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario